El pulpo es un animal repleto de detalles interesantes y curiosos. Contiene tres corazones, de los cuales dos de ellos se encargan de bombear sangre sin oxígeno hacia sus branquias. El otro, se encarga de mover la sangre con oxigeno.
Además, cuenta con diversos métodos de defensa, que les sirven para escapar de sus depredadores. Por un lado, la tinta sirve como una cortina de humo, ya que les proporciona tiempo suficiente para escabullirse.
Un dato interesante es que esta tinta está compuesta por melanina, la misma sustancia que da color a nuestra piel. Por otro lado, su cuerpo sin esqueleto les permite escurrirse entre grietas y agujeros, e incluso camuflarse sobre rocas.
Normalmente los pulpos que se encuentran pegados a la roca en la orilla suelen ser algo más grandes durante el invierno y los meses en los que ya hace algo de frío, o ya está refrescando. Por lo tanto, aquellos pescadores que ya están familiarizados con la pesca del pulpo, salen a su búsqueda desde septiembre hasta diciembre, pero incluso se puede extender su pesca hasta abril. No obstante, dependiendo del temporal o de la zona, también podremos encontrar buenos ejemplares en los meses de verano.